Qué son las líneas blancas que dejan los aviones en el cielo y por qué aparecen


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🔴 Las misteriosas líneas blancas que dejan los aviones en el cielo… Los expertos lo explican, pero muchos aún no lo pueden creer 👇

Cada vez que miramos al cielo en un día despejado, es común ver largas líneas blancas trazadas detrás de los aviones. A veces se cruzan entre sí, formando figuras que parecen dibujadas sobre el azul del firmamento. Pero, ¿qué son exactamente esas marcas? ¿Por qué unas veces aparecen y otras no? Aunque existen muchas teorías al respecto, la explicación científica es clara: se trata de estelas de condensación, un fenómeno atmosférico totalmente natural.

Las líneas blancas que dejan los aviones se llaman “contrails”, una abreviatura del término inglés condensation trails, que significa “estelas de condensación”. Estas se forman cuando los motores de las aeronaves expulsan vapor de agua caliente durante el proceso de combustión. Ese vapor se mezcla con el aire frío y seco de las capas altas de la atmósfera, donde la temperatura puede alcanzar los -40 grados Celsius o menos.

Al producirse ese choque térmico tan intenso, el vapor se condensa rápidamente y forma pequeños cristales de hielo, muy similares a los que componen las nubes. Esos diminutos fragmentos reflejan la luz del sol, por eso las estelas se ven blancas y brillantes. En esencia, lo que observamos son nubes artificiales que el avión deja tras su paso.

Sin embargo, no todas las aeronaves generan este efecto. Para que una estela sea visible, deben coincidir condiciones muy específicas de temperatura, presión y humedad en la altitud por la que vuela el avión. Por ejemplo, si el aire está demasiado seco, los cristales de hielo se evaporan enseguida y la línea desaparece en pocos segundos. En cambio, si la atmósfera está húmeda, las partículas se mantienen por más tiempo, dando lugar a estelas persistentes que pueden durar varios minutos o incluso horas.

De hecho, los meteorólogos utilizan la presencia o duración de estas líneas para interpretar las condiciones atmosféricas en las capas altas del cielo. Si las estelas permanecen visibles durante mucho tiempo, es probable que exista una alta humedad en la tropósfera, lo que puede indicar la llegada de un frente frío o lluvias próximas.

A lo largo de los años, el aspecto de estas estelas ha generado múltiples teorías conspirativas, conocidas como las teorías de los “chemtrails”. Algunos sectores sostienen, sin evidencia científica, que los aviones liberan deliberadamente sustancias químicas o biológicas con distintos fines, desde el control del clima hasta la manipulación de la población. No obstante, los estudios realizados por instituciones como la NASA y la Organización Meteorológica Mundial han demostrado que las estelas son simplemente un efecto físico del vapor de agua al condensarse en un entorno frío y no contienen componentes dañinos.

El tipo de motor y el combustible también influyen en la forma y duración de las estelas. Los aviones modernos utilizan turbinas de alta eficiencia que generan grandes cantidades de vapor de agua y gases calientes, lo que aumenta la probabilidad de formación de contrails en determinadas alturas. Por esta razón, suelen verse más frecuentemente en vuelos comerciales de larga distancia, que operan entre los 8.000 y 12.000 metros de altitud.

En ocasiones, cuando hay vientos fuertes en altura, las estelas se dispersan y se mezclan con otras, dando origen a formaciones que se asemejan a nubes cirros. Este fenómeno puede modificar momentáneamente el aspecto del cielo y afectar la manera en que se distribuye la radiación solar, aunque su impacto climático general sigue siendo objeto de estudio.

En resumen, las líneas blancas que vemos detrás de los aviones no son más que una consecuencia visible de la física del aire y la temperatura. Son nubes artificiales formadas por cristales de hielo, que aparecen cuando el vapor caliente de los motores entra en contacto con el aire helado de la atmósfera. Su presencia no representa ningún peligro y, en algunos casos, incluso puede ayudar a los meteorólogos a predecir cambios en el clima.

Así que la próxima vez que mires al cielo y veas esas líneas cruzando el horizonte, recuerda que no se trata de algo misterioso, sino de un fenómeno completamente natural que ocurre todos los días sobre nuestras cabezas. Es, en cierto modo, la firma efímera que deja la aviación moderna en su paso por las alturas.

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