Si tienes dolor de cadera, es una clara señal de que… Ver más
El dolor de cadera es una de las molestias más frecuentes en la población adulta y puede tener múltiples orígenes. Aunque en muchos casos se asocia al desgaste natural de las articulaciones, también puede ser un síntoma de lesiones, problemas musculares o incluso enfermedades que no parecen relacionadas de manera directa con la zona. Comprender qué significa este dolor es fundamental para abordarlo a tiempo y evitar que se convierta en una limitación seria para la movilidad.
La cadera es una de las articulaciones más importantes del cuerpo humano. Une la pelvis con el fémur y tiene la función de soportar el peso, permitir movimientos como caminar, correr, sentarse y levantarse, además de brindar estabilidad al tronco. Su estructura está formada por huesos, músculos, tendones, ligamentos y cartílago, por lo que cualquier alteración en estas partes puede desencadenar molestias de distinta intensidad.
Cuando aparece dolor en esta zona, su significado puede variar según la causa. Entre las razones más comunes se encuentra la artrosis de cadera, una enfermedad degenerativa que afecta al cartílago y que suele presentarse con más frecuencia a partir de los 50 años. Este desgaste genera rigidez, dolor al caminar y dificultad para realizar actividades cotidianas.
Otro motivo habitual es la bursitis, una inflamación de las bolsas llenas de líquido que amortiguan la fricción en la articulación. Este problema puede causar dolor punzante, sobre todo al realizar esfuerzos físicos o permanecer en la misma posición por largo tiempo.
El dolor de cadera también puede tener relación con el síndrome del piriforme, un trastorno en el que un músculo de la pelvis presiona el nervio ciático, provocando molestias que no solo se perciben en la cadera, sino también en la pierna. En estos casos, las personas suelen describir sensación de ardor, hormigueo o debilidad en los músculos.
Asimismo, no hay que olvidar que las lesiones deportivas, los desgarros musculares o incluso las caídas pueden ser desencadenantes de este dolor. En jóvenes y personas activas físicamente, los microtraumatismos repetitivos suelen estar detrás de la aparición de molestias en esta articulación.