En esta ocasión, te hablaré sobre un anciano al que su familia abandono en uno de estos hogares, al final, este solo dejo una carta:
¿Qué piensas cuando me ves? ¿Ves a un hombre enfermo y sin ganas de vivir? O ¿solo ves a un hombre viejo y un poco incómodo que tienen hábitos despreciables y ojos distantes, a quien la comida se le cae de la boca y no responde?
Siempre intentas hacerme comer y dices en voz alta, ¡al menos intenta comer!. Soy alguien que pierde si calcetín y sus zapatos ¿Quién quiere cuidar de mi, un anciano que extiende sus horas de baño y comida? Y todo esto con el propósito de acortar la duración de sus días.
¿Piensas en eso cuando me ves? Abre los ojos y mira a las enfermeras…. No me miran.
Te diré quién realmente soy, soy un recién nacido que tiene que alimentar su madre. Soy un niño de 10 años que tiene padre, madre y hermanos que se aman mucho. Soy un adolescente de 16 años con mucha energía; que sueña con encontrar a la mujer de su vida. Soy un novio de 20 años con un corazón que palpita por una dama, soy ese que se caso a los 24 con su persona especial.
Con 50 años tengo un bebé en mis brazos, la alegría de ser abuelo es inmensa. Los niños juegan entre mis piernas y se divierten. Pero días tristes tocan en mi vida, mi querida esposa muere. Solo puedo mirar al futuro con miedo; mis hijos hicieron sus vidas, mis nietos también, así que pienso en los años pasados, cuando conocí el amor.