Cuando llegamos a una habitación de hotel, lo primero que solemos hacer es dejar las maletas, mirar alrededor y tal vez lanzarnos sobre la cama para descansar del viaje.
Pero hay un pequeño gesto que muchos pasan por alto y que puede marcar una gran diferencia en seguridad, higiene y comodidad: encender la luz del baño apenas entres. Aunque parezca un detalle menor, esta acción tiene más peso del que imaginas.